
Una guadaña se enterró en mi boca. Mi inocencia me tendió una trampa. Descarnó minuciosamente mi rostro, luego continuó lentamente por mi cuello. El dolor era tan intenso que mi garganta a gritos rogaba el fin. La cáotica música que producía la guadaña oxidada oscilando en mi cuello ponía nerviosos hasta mis dientes. El sonido de mis vértebras crujiendo aumentaba. De pronto, La cabeza rodó, o lo poco que quedaba de ella, y la guadaña siguió con su trabajo...
No todos los días uno es destrozado por una guadaña. No recuerdo cuántos años he soportado esta tortura. El tiempo parece escaparse de este tipo de situaciones, bastante embarazosas y extrañas para alguien inexperto en el tema, y solo puedo decir que vivir diariamente este castigo me ha hecho ver mi eternidad en pocos segundos. Despertar reconstruido es lo más raro. No comprendo cómo semejante belleza no termine con mi vida. Todas las noches veo nacer mi cuerpo de las entrañas de la tierra, se eleva hasta las nubes más alejadas y sobre ellas queda un rato suspendido, el tiempo galopa y la guadaña comienza nuevamente con su exhaustiva tarea.
Al principio, el sufrimiento era increíblemente insoportable, pero los años pasaron y fui acostumbrándome. El dolor había cesado. Mi cuerpo se rehacía todos los días, no tenía porqué preocuparme de lo que pasaría al día siguiente porque siempre sucedía lo mismo. Desconocía el miedo y la cobardía, me había convertido en la mejor víctima de todos los tiempos.
Fausto Soler
No todos los días uno es destrozado por una guadaña. No recuerdo cuántos años he soportado esta tortura. El tiempo parece escaparse de este tipo de situaciones, bastante embarazosas y extrañas para alguien inexperto en el tema, y solo puedo decir que vivir diariamente este castigo me ha hecho ver mi eternidad en pocos segundos. Despertar reconstruido es lo más raro. No comprendo cómo semejante belleza no termine con mi vida. Todas las noches veo nacer mi cuerpo de las entrañas de la tierra, se eleva hasta las nubes más alejadas y sobre ellas queda un rato suspendido, el tiempo galopa y la guadaña comienza nuevamente con su exhaustiva tarea.
Al principio, el sufrimiento era increíblemente insoportable, pero los años pasaron y fui acostumbrándome. El dolor había cesado. Mi cuerpo se rehacía todos los días, no tenía porqué preocuparme de lo que pasaría al día siguiente porque siempre sucedía lo mismo. Desconocía el miedo y la cobardía, me había convertido en la mejor víctima de todos los tiempos.
Fausto Soler
4 comentarios:
Niño!
Puede sumarme al club de las víctimas perfectas!
Aunque debo decir..se puede tomar al victimario de varias formas!
Ahora me va a tener que contar como lo interpretó usted al escribirlo.
Estas conversaciones son como muy llenas de filosofía barata y zapatos de goma!
Debe ser la ''frustación bohemia'', usted que opina??
Bueno, aca pasando a desearle suerte con este nuevo emprendimiento! :P
Lo de Manal...simplemente sublime!
Una banda irremplasable, que nos acompañó en nuestra niñez,o diria, ''precoz vejez'', gracias a nuestros sabios padres! :)
Y bueno, eso es todo lo que tengo para decir hasta el momento!
Señor, cuidese!, buena vida!
Un beso!
.......(Dejemoslo en la intriga) :P
como va don director...
Ta´ güeno el relato, ojala escribiera cosas asi... pero no... lo mio es el relato erotico... que se le va a hacer..., firmo porque me estas obligando a punta de epistola (una carta amenazante)
Saludos
ey faustolandia,,
ya me hablaste muchas veces de tu blog
:P
se nota q tas al pedo ehh
jeje naH!chiste
ya te dije qq no tengo tiempO!!por eso ni pde leer nada:S
pro si pdo comentar q tan re buenas las fotos !!!jejeje
Prometo pasar a leer seguido!!!
te quiero mucho! amigazo!!!!!!
nos vmos!
fEr
Gracias por firmar ninio, me extraño mucho que alguien firme, digamos que no doy que conocer ese blog...
Esta copado tu blog, ahora me leo la entrada que falta.
Saludos
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